Colección: sugilita

Hay muchos minerales con historias, leyendas o mitos fascinantes, pero también hay otros minerales. Aquellos cuyos descubrimientos son tan recientes que no tienen historia alguna, que no se han utilizado como ungüento y que ninguna leyenda los relaciona. La sugilita es una de ellas: fue descubierta durante el siglo XX.

Su nombre e historia están ligados al japonés Sugi Ken-Ichi, mineralogista y petrólogo (1901-1948), quien durante una excursión al islote Iwagi, en el suroeste de Japón, descubrió un hermoso cristal de color púrpura. Este cristal se encontraba en el centro de una intrusión (conjunto de rocas en una formación geológica preexistente) de sienita y aegrina. En 1944 la describió y la llamó sugilita.

Posteriormente, la IMA (Asociación Mineralógica Internacional) validó este nombre en honor a este geólogo japonés. Sin embargo, esta piedra también es conocida como lavulita (por su color lavanda), wesselita (procedente de la mina Wessels en Sudáfrica) o Royal Azel (procedente de la mina Hotazel ​​en Sudáfrica).

A finales de los años 70, los joyeros descubrieron y utilizaron una variedad que contenía manganeso procedente de Sudáfrica. Todo hace pensar que también se trataba de sugilita.

En los años 1980, fue el movimiento New Age el que descubrió esta piedra: la sugilita tendría una vibración que resuena con la “Era de Acuario” y así se hizo popular. Sirve principalmente como apoyo a la meditación. Hoy en día se utiliza principalmente en la fabricación de joyas, objetos de litoterapia y en la creación de objetos de arte.

La sugilita es una variedad de ciclosilicato y tiene un sistema cristalino hexagonal. Se encuentra en minas de manganeso y rocas alcalinas. Está compuesto principalmente por sodio, silicato de hierro, litio y potasio. La sugilita puede tener un aspecto opaco o, por el contrario, translúcido.

Tiene una dureza entre 6,5 y 7 en la escala de Mohs. En comparación, el diamante tiene la dureza más alta, 10 en esta misma escala. Es una piedra que se parece mucho a la charoita y la lepidolita, pero con sus particularidades. Sobre todo, tiene una gran riqueza de colores: este mineral se encuentra en diferentes tonalidades de morado, que van del más claro al más oscuro. Algunas piezas presentan un tono violeta, amarillo, verde o marrón claro.

Los principales yacimientos se encuentran en Sudáfrica, Australia, Canadá, etc.

En Litoterapia, la sugilita es una piedra de protección contra las energías negativas, contra la mala suerte, los celos, el rencor. Por tanto, permite a su portador tener una vida más plena. Proporciona confianza en uno mismo, autoestima y seguridad en uno mismo. Te permite superar la timidez, los miedos enterrados y las ansiedades.

En situaciones dolorosas o fracasos profesionales, se recomienda el uso de sugilita. Esta piedra da positividad, optimismo y libera sentimientos de odio, ira y resentimiento. Abre a su portador a la aceptación y le proporciona serenidad. De este modo se establece la paz interior y el portador puede pasar a otra cosa.

Sugilite se recomienda para estudiantes, personas en reciclaje, formación profesional, artistas. De hecho, este cristal favorece la concentración, la memorización y la creatividad. También es popular durante las sesiones de meditación.

También apodada la piedra del amor, esta piedra es un apoyo considerable en las relaciones de pareja. Fomenta una comunicación de calidad y relaciones basadas en la confianza.

Este mineral es muy utilizado en la lucha contra el estrés emocional. Calma los pensamientos agitados, provoca alegría y positivismo. Su portador está más sereno y relajado. Así podrá afrontar las pruebas de la vida.

Sus beneficios físicos

Como piedra antiestrés, ayuda a luchar contra sus consecuencias en el organismo. Reduce la tensión nerviosa.

La sugilita calma los pensamientos agitados, especialmente al conciliar el sueño. Así el sueño llega más fácilmente, sin pesadillas. Es recuperativo y aporta vitalidad al despertar. El usuario siente que está en buena forma y que tiene mucha energía.

Además, este cristal, cuando es de color violeta, ayuda a combatir las adicciones, le da a su portador la fuerza para resistir la tentación.