Colección: Esmeralda

Las cuatro piedras preciosas, diamante, rubí, zafiro y esmeralda, son piedras de una belleza excepcional. El origen del nombre esmeralda proviene del persa “zamarat”, luego del latín “smaragdus”, que se traduce como “piedra preciosa verde”. Esta magnífica piedra pertenece a la familia de los berilos (del griego antiguo “beryllos” que significa “cristal del color del agua de mar”). Su maravilloso color verde la convierte en una piedra muy buscada y codiciada desde hace milenios.

Se requirieron condiciones extremadamente especiales para permitir la formación de la esmeralda, lo que justifica su rareza. La esmeralda forma parte del grupo de minerales silicatos. Está compuesto esencialmente de berilio, cromo, hierro y vanadio. Sin embargo, estos componentes no se encuentran en las mismas capas terrestres. El berilio proviene del magma de la Tierra y los demás componentes provienen del manto terrestre. El encuentro se produce por burbujas de magma que ascienden hasta el manto. El contenido de estos componentes es el origen de los múltiples colores del verde.

Las esmeraldas más bonitas son aquellas de total transparencia, de un verde oscuro e intenso. La esmeralda sigue siendo sensible a los golpes, por eso se le ha dado una forma de cortarla llamada “corte de esmeralda”. Permite así limitar los accidentes durante el engarzado. Las esmeraldas tienen inclusiones nombradas: huecos, escarcha o cristales, lo que les permite certificar su autenticidad. Tienen una dureza de 7,5 a 8 en la escala de Mohs. En conclusión, la belleza y rareza de una esmeralda depende sobre todo de su color y transparencia. El increíble verde de la esmeralda simboliza la renovación de las estaciones, la fertilidad y la vida.

En el antiguo Egipto, alrededor del año 5.000 a. C., los egipcios ya extraían esmeraldas de minas cercanas al Mar Rojo.

En el año 2000 a.C., los babilonios aparentemente utilizaban esmeraldas como moneda.

Posteriormente, estas minas fueron nuevamente explotadas por mineros griegos durante la época de Alejandro Magno (356 al 323 a.C.). Fueron descubiertos en 1816 por Frédéric Cailliaud, explorador (1787 - 1869).

Cleopatra, reina del antiguo Egipto (69 - 30 a. C.) era especialmente aficionada a las esmeraldas. Eran la encarnación del orgullo nacional. Cleopatra poseía suntuosas joyas con esmeraldas y solía regalar algunas con su retrato grabado en ellas. En el 47 a. C., Cleopatra adquirió estas minas y hoy, aunque estas minas fueron descubiertas 2.000 años antes de su nacimiento, los depósitos egipcios se llaman minas de esmeraldas de Cleopatra.

Los celtas y los romanos también adoraban esta fabulosa piedra, que extraían de unas minas situadas en lo que hoy es Austria.

En su enciclopedia “Historia Natural”, Plinio el Viejo (23 - 79 d.C.), escritor y naturalista, afirma que el emperador Nerón (37 - 68 d.C.) utilizó la esmeralda para mejorar su vista. Describe la esmeralda como un verde tan poderoso que, después de mirarla, todos los demás verdes de la naturaleza parecen más apagados.

La esmeralda también aparece en escritos que datan de la Edad Media, como la leyenda de los Caballeros de la Mesa Redonda. Se dice que el Santo Grial, un cáliz buscado por los caballeros, está hecho de esmeraldas.

En el siglo XVI, la esmeralda llegó a Europa a través de los conquistadores españoles. De hecho, trajeron de Colombia ejemplares excepcionales, tanto por su tamaño como por su color.

Desde el siglo XVI, la joyería todavía utiliza la esmeralda como piedra preciosa. Hoy Colombia sigue siendo el principal importador, suministra las mejores piezas y produce el 60% de la producción mundial.

Los principales yacimientos se encuentran en Brasil, Rusia, etc.

En litoterapia, piedra del equilibrio, la esmeralda es también piedra del amor y la armonía. Alivia los trastornos emocionales y calma las emociones. Te permite liberar sentimientos románticos. Fomenta el amor incondicional entre dos personas. Incluso puede revelar un gran romanticismo.

También es una piedra de la amistad, que desarrolla cualidades como la compasión, la empatía y la comprensión. Fomenta la tolerancia y la sabiduría. Así, puede ser el origen de relaciones de calidad. Promueve la lealtad y la sinceridad.

Emerald también facilita las relaciones entre padres e hijos, restaurando la comprensión y el discernimiento. El diálogo vuelve a ser posible en tiempos de tensión y contribuye a la reconciliación familiar.

Esta piedra engendra perdón, bondad y bondad. Evita juzgar demasiado rápido y desarrolla la capacidad de escuchar. Esto le permitirá no perder los estribos demasiado rápido en caso de conflicto. Provoca resiliencia y da la posibilidad de liberarnos de las cadenas del pasado.

La esmeralda estimula la memoria, el conocimiento y el aprendizaje. Te hace querer aprender y comprender. En el aspecto profesional, mejora las relaciones de grupo gracias al desarrollo de la atención y mucha apertura de mentalidad.

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Lista de piedras y minerales

La esmeralda es un mineral, del grupo de los silicatos, subgrupo de los ciclosilicatos, variedad del berilo, cuyo color verde proviene de trazas de cromo, vanadio y en ocasiones hierro. La esmeralda es una de las cuatro piedras preciosas. La palabra esmeralda proviene del latín smaragdus, una corrupción de la palabra persa zamarat que significa “corazón de piedra”.

Los beneficios: Purifica, calma (miedos y ansiedades), armonía.

Signos astrológicos: Tauro, Cáncer, Libra, Capricornio.

Chakra: Corazón