Colgante de turmalina negra en plata 925.
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Origen: Brasil
Grado: A
Origen: Brasil
Grado: A
***Pieza única***
Dimensiones:
30 mm con la fianza
Peso:
8,53g
Origen:
Origen:
Brasil
Calidad:
A = bueno
Pieza única = recibes el modelo en foto
El nombre turmalina proviene de “turmali” o “turamali”, que en realidad es un nombre cingalés que los exploradores holandeses le dieron a esta fabulosa piedra procedente de Sri Lanka a principios del siglo XVIII.
En Sri Lanka, una leyenda dice que la turmalina viene del cielo y durante su descenso a la tierra cruza un arco iris que le transmite sus variaciones de color. Lo que explica el origen de su nombre que significa “la piedra de los mil colores”.
De hecho, la turmalina se conoce desde hace milenios. En el siglo III a.C. encontramos vestigios de esta piedra. En Grecia, fue Alejandro Magno (356-323 a.C.) quien trajo esta piedra de estas expediciones. Sin embargo, la turmalina, debido a sus múltiples colores, muy a menudo se ha confundido con otros minerales.
Así, existen muy pocas leyendas o mitos vinculados a esta piedra debido a su identificación tardía. Sin embargo, algunas turmalinas tienen propiedades piezoeléctricas, lo que significa que tienen una carga eléctrica negativa en un polo y positiva en el otro. La turmalina atrae partículas hacia sí misma.
Cuando el filósofo Teofrasto (-322 a -288) describe una piedra que tiene la capacidad de atraer hacia sí trozos de paja o de madera, entendemos que se refiere a la turmalina. Más tarde, en el siglo XVIII, los exploradores holandeses utilizaron turmalina para limpiar sus pipas porque la piedra atraía las cenizas.
Para que conste, en el siglo XVI, un conquistador español descubrió una turmalina verde en Brasil, que identificó como una esmeralda. Este descubrimiento provocó una avalancha en las regiones brasileñas en busca de estas famosas esmeraldas. El error se corrigió en el siglo XIX y las esmeraldas se transformaron en turmalinas.
Muchas veces confundidas con piedras preciosas, las turmalinas se encuentran en muchas joyas, e incluso en la corona británica. También podemos mencionar el Rubí Timur, una joya de 352 quilates que hasta 1851 se pensaba que era un rubí, o el Rubí Príncipe Negro de 170 quilates que en realidad es una turmalina.
La turmalina despierta cada vez más entusiasmo entre los conocedores y coleccionistas. Así, la emperatriz de China Cixi (1861-1908) amó tanto esta piedra que empezó a coleccionarla. Pidió que le hicieran esculturas, broches, correas de relojes, anillos, etc. Hoy reposa sobre un cojín de turmalinas.
La turmalina viene en varios tonos. También pueden ser bicolores o multicolores. Existe una gran variedad de turmalinas, de diferentes colores, desde opacas hasta transparentes, con estructuras estriadas o hexagonales. Tiene un sistema cristalino romboédrico. Es una roca magmática y metamórfica que puede provenir de depósitos hidrotermales.
Así, existen varios tipos de turmalinas con composiciones variadas como silicatos de magnesio, silicatos de sodio, hierro, arcilla, fluoruros y borosilicato. Las turmalinas son en realidad toda una familia de piedras, que tienen la misma estructura interna, pero difieren en su composición química y, por tanto, en su color y apariencia.
Los principales depósitos se encuentran en Brasil, Afganistán, Australia, Brasil, Rusia, Tailandia, Birmania, Madagascar, India y Estados Unidos.
La turmalina negra es la variedad de turmalina más conocida. También se identifica con el nombre de schorl. Se llama negro, pero también puede ser marrón oscuro. Ganó notoriedad con el tiempo debido a sus numerosas propiedades.
La turmalina negra, schorl, es la turmalina más común y a veces puede medir hasta 2 m de altura. Su composición, muy rica en hierro, le confiere este aspecto negro, opaco e intenso. Podemos destacar que es el único tipo de turmalina con un color uniforme.
Así, el schorl, una especie mineral de turmalina, pertenece al grupo de los silicatos, subgrupo de los ciclosilicatos. El nombre “schorl” proviene del alemán. Tiene brillo vítreo, con fractura concoidea, su línea es blanca. Es un mineral procedente de rocas metamórficas, leucogranitos y pegmatitas.
Como todas las turmalinas, el schorl se compone de silicato complejo de boro, sodio y aluminio y tiene una dureza de 7 a 7,5 en la escala de Mohs. Su sistema cristalino es romboédrico. El chorl o turmalina negra se presenta en forma de cristales prismáticos alargados, bien formados y estriados en elongación o en forma de pequeños agregados de pequeños cristales.
La turmalina negra es una piedra muy antigua, citada en muchas tradiciones, especialmente entre los brasileños, egipcios, griegos e indios. Es una piedra reconocida por sus propiedades protectoras. También es una piedra de anclaje utilizada hoy en día en litoterapia y meditación. Debido a sus propiedades piezoeléctricas, la turmalina negra también se utiliza en electroquímica.
Los principales depósitos se encuentran en Brasil, Madagascar, etc.
En litoterapia, la turmalina es una piedra de anclaje muy poderosa. Ayuda a mantener los pies en la tierra, calma los pensamientos dispersos y reenfoca la atención. Calma la mente y los miedos irracionales. Te permite conectarte con tu yo interior, percibir necesidades profundas e identificar la causa de ciertos bloqueos. A menudo se trata de traumas relacionados con la infancia. Es una excelente piedra de meditación que canaliza las digresiones de la mente.
Por tanto, el schorl tiene fuertes propiedades protectoras. Es capaz de absorber las energías negativas que liberan determinadas personas enfadadas, celosas o envidiosas. Se dice que neutraliza las influencias nocivas y es capaz de absorber ondas electromagnéticas. Es una piedra de protección tanto para personas como para lugares. Colocar varias turmalinas negras en la casa, llevar una pulsera de turmalina negra permite proteger a la persona o el hogar. Esta piedra negra elimina las consecuencias negativas de un entorno insalubre o de las ondas de los aparatos domésticos (teléfono, ordenadores, etc.).
La turmalina negra ayuda a desviar los malos pensamientos, mejora la concentración, la creatividad, la inspiración y la imaginación. Se recomienda para niños o personas hiperactivas. Ayuda a encontrar la serenidad y la armonía. El usuario está más tranquilo, menos angustiado y menos ansioso. Encuentra paz y sabiduría.
Colgante de turmalina negra en plata 925.
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