Colgante de topacio imperial de Brasil con anilla de plata 925

Colgante compuesto por un pequeño topacio imperial de aproximadamente 6 a 10mm atravesado por una anilla de plata 925.
Las formas y patrones pueden variar de una piedra a otra.

Se dice que el nombre de esta increíble piedra proviene de la isla de Zabargad, situada en el Mar Rojo y antiguamente llamada Topazos. En esta famosa isla había multitud de minerales a los que a menudo se les atribuía erróneamente el nombre de topacio.

No fue hasta el siglo XVII que se atribuyó claramente el nombre de topacio a este famoso mineral. Otra historia sobre la etimología del nombre topacio proviene del sánscrito “tupas”, que significa fuego. Fue Anselmus Boëtius de Boodt (1550 - 1632), humanista flamenco, médico y mineralogista, quien nombró topacio a este mineral de fluosilicato de aluminio hidratado.

Así, muchos topacios mencionados en textos anteriores pueden ser, de hecho, citrinos, peridotos o zafiros amarillos. Cuando Plinio el Viejo (23-79 d.C.) menciona un topacio verde, es posible que haya sido crisólito.

En el antiguo Egipto, el topacio imperial simbolizaba el sol, el dios Ra y el poder. Los griegos y los romanos creían que aumentaba su valor para ir a la batalla. Además, también se sabía que curaba enfermedades, mejoraba la fertilidad y neutralizaba los venenos.

En la Edad Media se pensaba que esta piedra era una piedra capaz de atraer el oro y facilitar la investigación. Se trata, en particular, del topacio imperial de color amarillo.

Entre los nativos americanos, el topacio imperial desarrolla los sentidos artísticos y aumenta los actos de heroísmo. En China, se cuelga en los hogares porque proporciona energía y buena salud. En Japón se dice que soluciona muchos problemas relacionados con la fertilidad.

Los zares rusos tomaron el control de toda la producción de las minas de topacio rusas. Entonces, decidieron completar su nombre con topacio imperial. Otros reyes europeos llevaban topacios de muchos colores. Este es el caso de Premysl Ottokar de Bohemia (1230-1278), rey de Austria.

Hoy en día, esta fabulosa piedra se utiliza en joyería. De hecho, tiene una dureza de 8 en la escala de Mohs, que es muy alta y apreciada por los joyeros en la elaboración de sus joyas. A modo de comparación, la dureza más alta es 10 en esta misma escala y esta es la dureza del diamante.

El topacio es un mineral de la familia de los silicatos, de formación magmática. Su sistema cristalino es ortorrómbico, tiene brillo vítreo y puede ser transparente a translúcido. Generalmente es de color dorado, sin embargo sus tonalidades difieren dependiendo de su particular composición química, particularmente cuando parte del aluminio se reemplaza por hierro, cobalto o cromo.

Presenta un fuerte pleocroísmo (cambio de color de un cristal cuando se expone a la luz). Varía según los colores del topacio imperial: es muy claro para el topacio amarillo, débil para el azul y fuerte para el rosa. En resumen, el topacio tiene colores que van desde el dorado hasta el violeta, el verde, el azul o el rosa. Estos cambios de color se deben a la mayor o menor presencia de fósforo.

Los principales yacimientos se encuentran en Brasil, Rusia y Zambia.

Una piedra energizante que aporta energía, el topacio imperial proporciona calidez y alegría a su portador. A menudo está vinculado al entusiasmo, el coraje y la pasión. Da la capacidad de recuperarse después del fracaso y superar las dificultades de la vida. De hecho, genera fuerzas constructivas poderosas y positivas.

Irradia una energía y vitalidad impresionantes. Las personas tímidas y ansiosas encuentran confianza, confianza en sí mismas e incluso carisma. Aprenden a tener autoestima. Más serenos, pueden emprender proyectos, fijarse metas y hacer todo lo posible para alcanzarlas.

El Topacio Imperial es una excelente piedra para estudiantes, personas en formación, porque proporciona la motivación y energía necesaria para lograr su objetivo. Ofrece lucidez y claridad a la hora de tomar decisiones importantes.

Piedra de apertura hacia los demás, anima a las personas demasiado tímidas para acercarse a los demás. Desarrolla la compasión y la empatía. Permite a su portador mostrar un interés real por su interlocutor, darle consejos y acaba volviéndose indispensable. Su portador brilla, comparte su alegría y buen humor con quienes lo rodean.