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Pulsera de ágata blanca A (perlas barrocas)

BRA-AGABB-01

Precio regular
6,90 €
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BRA-AGABB-01
Origen: Brasil
Grado: A

Dimensiones:
Aproximadamente 17-18 cm - Se adapta a todas las muñecas de 17-19 cm

Peso:
Alrededor de 5g

Origen:
Botsuana

Calificación:
AB = estándar

Pulsera de piedras barrocas de ágata blanca procedente de Brasil.
Los patrones y colores pueden variar de una pulsera a otra.

El ágata pertenece a la familia de la calcedonia. Esta piedra fue descubierta en abundancia en un río del sur de Sicilia, entonces llamado Akhatès (hoy: el Dirillo). El filósofo griego Teofrasto le dio su nombre por el río y llamó a esta piedra “ágata”.

En este río se descubrieron ágatas de todos los colores, pero especialmente ágata blanca. Su blancura va desde la pura transparencia hasta la completa opacidad.

El ágata blanca se convirtió así en una piedra de paz y también Ent el símbolo de pureza y virginidad en el sentido bíblico de la palabra.

El ágata aparece desde el principio en la historia de las civilizaciones. Se dice que los magos persas quemaban ágatas para protegerse de las tormentas. Los griegos y egipcios fabricaron muchos objetos con ágata, incluidas joyas, jarrones y objetos sagrados donde la blancura representaba la serenidad. Es una piedra muy rica en símbolos.

Una leyenda griega nos cuenta que el rey Mitrídates el Grande coleccionaba objetos de ágata de todos los colores y, en particular, de ágata blanca. Tenía más de 4.000 piezas. Mitrídates Pensé que el ágata blanca lo protegía y siempre llevaba una encima. Fue capturado por la guardia de Antígona la Tuerta y luego logró escapar. Posteriormente, amplió su poder y se proclamó rey del Ponto en el 296 a.C. Luego fundó su propia dinastía.

En la mitología griega, el ágata blanca se asocia, por su pureza, con la diosa Gaia. Este último dio origen a muchas criaturas. Se la invocaba regularmente y se le ofrecían animales de piel blanca como sacrificio.

Encontramos vestigios de ágata blanca en la civilización romana: los romanos la asociaban con Aurora, diosa del amanecer y madre de los vientos. Entonces, el ágata blanca se relacionaba con Bona dea, la diosa de la virtud y la virginidad. Cuenta la leyenda que era la esposa de Fauno, y que nunca salía de su habitación para no ver a otros hombres. Un día se emborrachó y salió. Su marido comenzó a matarla a golpes. Luego, consumido por el remordimiento, la hizo inmortal y la cubrió de ágatas blancas en señal de respeto a su pureza. Se convirtió en la diosa protectora de las mujeres y su fertilidad.

Los persas, griegos, romanos e incluso en la mitología anglosajona, el ágata blanca era considerada una piedra protectora para mantenerse saludable y evitar peligros, entre ellos el veneno de serpientes y las picaduras de insectos. Los celtas vinculaban el ágata blanca con Ceridwen, diosa de la fertilidad y la muerte.

Hoy en día, encontramos los principales yacimientos de ágata blanca en India, Estados Unidos, Brasil, Italia y Madagascar.

La piedra de ágata blanca trae paz. A nivel psicológico tiene el poder de eliminar bloqueos energéticos. Restaura el equilibrio entre cuerpo y mente y repele las energías negativas.

Así, te invaden sentimientos positivos. Sientes paz, una gran tranquilidad y luego te sientes seguro. Esto le permitirá abrirse a los demás y volverse más tolerante y perdonador.

Por eso también se la llama “la ágata de la paz”. Amplifica cualquier sentimiento positivo y cualquier sensación de dulzura. Te trae luz a tu existencia. Además, puede desencadenar en ti una gran sinceridad, mucha bondad.

Todas sus cualidades permiten que el ágata blanca calme el sufrimiento mental. Alivia ansiedades inexplicables y miedos incontrolados. Comienza con la autoaceptación y, como resultado, genera confianza en uno mismo.

También se dice que es una piedra del coraje, que puede ser un valioso aliado en casos de conflicto y situaciones complicadas. Llevar una ágata blanca, por ejemplo, en forma de pulsera, proporciona fuerza para afrontar los desafíos de la vida, cualquiera que sea su naturaleza: personal, profesional, relacional. Esta piedra es incluso capaz de aliviar tus heridas emocionales.

Pulsera de ágata blanca A (perlas barrocas)
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